lunes, 1 de septiembre de 2008

Poesía que promete...

A San Fernando


Berenguela cubría de recatos

una cuna con bríos imperiales.

Y llegaban al hijo sus relatos

como sones pujantes de arrebatos

del torreón de los campos celestiales.

Viene el alba por Burgos, en Las Huelgas

ciñe acero, loriga, limpio brial.

España es un olor de madreselvas

cautivo entre los moros y las sierras

que espera al Caballero del Grial.

Ya le llega de frente, entre pendones,

va en su escolta quien dicen es Santiago,

o el Estado Mayor de las razones

con que amar a la patria en los hondones

aunque duela el amor dolor aciago.

Las campanas regresan a su oficio.

Las cruces se levantan en Jaén.

Sevilla es un católico epinicio,

y a su paso la Fe, como el indicio

de un alcázar o muro o terraplén.

A los pobres del reyno tu desvelo,

el Fuero Juzgo a todos, las Partidas,

al infiel la Cruzada y el anhelo

de servir de sostén y de consuelo

en la noche del llanto y las heridas.

Que otra vez del arzón de tu montura

penda la Virgen de las Mil Batallas,

que una cantiga por cabalgadura

nos ponga en marcha fatigosa y dura

cargados de esperanzas y de agallas.

Porque el siglo da reyes sin alteza,

da pastores sin sangre ni certeza

de la cruz luminosa del martirio.

Acaso pueda entonces tu entereza

purificar el barro como el lirio.

Antonio Caponnetto




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